
En el patio había tres macetas , las tres de tres colores. En una , crecía lento , rojo pero de pie, un geranio, en otra, apremiaba un malvón, y en otra, apenas unos verdes tréboles querían asomar sus cuatro hojas. Como llovía demasiado, la chica del "E" tuvo que esperar un rato largo desde las ocho de la mañana hasta el mediodía para calzarse las botas de goma y caminar hasta el próximo tren.
Así que , frente a tal desatino, se quedó descalza , se puso unas medias azules de toalla viejas que rescató de un cajón , pero no perdió el tiempo. En una revista femenina leyó atentamente una curiosa publicación que decia" O te olvidas o te hundes" y que seguidamente desarrollaba un sinfin de posibilidades, nada más casual que leer aquello en un dia de lluvia intensa, hundirse era el verbo conjugado apropiadamente.
Lavó su mate, el último que quedaba sin tomar del día anterior. Quitó las bombachas de su tender. Corrió un poco los botones del saco negro que no estrenó. Mientras esperaba que por fin dejara de llover, estaba sentada mirando uno de los tréboles que ahogados de tanta agua ya no querían seguir ahi. ¿qué hago? se dijo- ¿lo entro bajo techo, y los pongo junto a la vela, el portsahumerio, y el mix de frutas? ,
¿lo arranco de un tirón , y lo duermo dentro de un libro?, mmm pero está mojado, pensó-
y además sus débiles raicitas estarán bailando en el poquito barro que ya le queda a la maceta violeta- y encima la maceta violeta! que es la más linda, toda pintadita con pintitas! y por si fuera poco, el trébol de cuatro hojas trae suerte ...- , recordó.
La verdad es que la chica del "E" no era una chica a la que una lluviecita la detuviera , pero esta vez llovía demasiado, se le habia acabado el hilo de coser negro, y la verdad que con las botas de goma a esa altura, si el tren salia a horario, ya no se iba a lucir tan bien con el saco y los botones corridos.
Asi que ahi fue cuando tomó sus pendientes , los reescribió, tachó las fechas por décima vez, y decidió dejar todo al olvido , recordando la lectura matutina, " o te olvidas o te hundes".
Sacó las últimas pelusas que le quedaban a sus medias azules, se preparó el mate nuevo , el del nuevo día, y se puso a buscar en un viejo libro de Botánica algún escrito que le contara si realmente es verdad que existen los tréboles de cuatro hojas , o si al menos al morirse ahogados acaban con la suerte de uno. >

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